Cómo España se convirtió en la economía de más rápido crecimiento en Europa
- MarketingPCJ
- hace 7 días
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España sigue siendo la economía de más rápido crecimiento de la zona euro, superando nuevamente a sus pares en el tercer trimestre. La exitosa combinación de políticas del país ibérico ofrece varias lecciones que desafían las tendencias políticas globales.
La economía española creció un 0,6% trimestre a trimestre en los tres meses hasta septiembre, ligeramente más lento que en el período anterior, pero muy por encima del 0,2% registrado en la zona euro en su conjunto, continuando una tendencia positiva de varios años.
De hecho, el Fondo Monetario Internacional clasificó recientemente a España como la economía avanzada de más rápido crecimiento, elevando su previsión de crecimiento para 2025 al 2,9%, tras una expansión del 3,5% en 2024. Esto está muy por encima de la previsión para el bloque en general, que se sitúa en solo el 1,2%.
Este crecimiento saludable ha ayudado a reducir la relación deuda/PIB de España, que cayó del 119% en 2020 a menos del 102% el año pasado. El FMI espera que baje a cifras de dos dígitos para 2030.
Esta es una tendencia que muchos de los socios de España en la UE probablemente observan con envidia, y está muy lejos de los primeros años de la década de 2010, cuando el país fue devastado por el colapso del mercado inmobiliario y una crisis bancaria existencial.
¿Qué explica este giro dramático?
Un auge turístico, el uso exitoso de fondos de recuperación de la era pandémica y un enfoque en servicios de alto valor han sido cruciales. Otro motor clave de crecimiento son los altos niveles de inmigración bien dirigida, justo cuando muchas naciones de la UE buscan frenar la migración.
INMIGRACIÓN INTELIGENTE
España es hoy una rareza en Europa al seguir promoviendo la inmigración como una virtud.
El grueso del aumento de 8,2 millones en la población española entre 2000 y 2024 se debió a la migración internacional neta. Sin esto, el país, que envejece rápidamente, podría no haber experimentado ningún crecimiento poblacional, señaló el instituto.
El primer ministro Pedro Sánchez destacó recientemente este hecho en una entrevista con el periódico The Guardian, señalando que la inmigración representa el 25% del PIB per cápita de España y el 10% de sus ingresos por seguridad social, pero solo el 1% del gasto público.
La agencia de calificación Fitch sostiene que la inmigración ha ayudado a impulsar la productividad de España y a elevar su crecimiento potencial —la tasa a la que la economía puede expandirse sin generar inflación— del 1,4% al 2,0%.
Es importante destacar que la inmigración reciente parece haber tenido un impacto tan beneficioso porque se ha orientado hacia trabajadores cualificados y sectores más afectados por cuellos de botella, según el Banco de España. El país también ha podido aprovechar una amplia base de trabajadores hispanohablantes de América Latina.
Así, mientras la baja productividad ha lastrado a las principales economías europeas desde la crisis financiera global de 2007-2009, España ha encontrado la manera de contrarrestarlo.
IMPULSO VERDE
De cara a futuras fuentes de crecimiento, una ventaja clave de España es su clima soleado, que favorece la energía renovable.
España apunta a la neutralidad de carbono para 2050 y, según la Agencia Internacional de Energía, su enorme inversión en energía solar, eólica e hidrógeno renovable debería impulsar el crecimiento, el empleo y la investigación y desarrollo en los próximos años.
El país ya está cosechando algunos beneficios de su apuesta verde, pues ahora presume de tener algunos de los precios mayoristas de electricidad más bajos de Europa.
Además, España, que es el segundo mayor productor de automóviles de Europa, ha conseguido importantes inversiones, incluidas las de Volkswagen (Alemania) y Chery y CATL (China), tras anunciar en 2020 un plan de 5.000 millones de euros para atraer la fabricación de vehículos eléctricos y baterías. Informes sugieren que pronto podría atraer también a BYD (China).
Ha habido tropiezos en el camino, sin embargo. En abril, España sufrió el mayor apagón eléctrico de Europa en más de dos décadas. Aunque no hay indicios de que la mayor dependencia de la energía renovable fuera la causa, el corte probablemente reflejó la falta de adaptación de la infraestructura eléctrica existente al rápido cambio energético.
OBSTÁCULOS
La combinación de políticas de Madrid podría verse alterada en los próximos años, ya que una tendencia global que España no ha evitado es el descontento con el gobierno.
Hay buenas razones para ello. Los altos precios de la vivienda han dejado a muchos españoles fuera del mercado inmobiliario. Y aunque el desempleo ha caído a niveles no vistos desde 2008, casi 2,5 millones de personas siguen sin trabajo. El gobierno también se ha visto afectado por acusaciones de corrupción, que niega.
Las próximas elecciones están previstas para 2027, y las encuestas recientes sugieren que el partido gobernante de Sánchez está detrás del partido de centroderecha PP, aunque por un margen relativamente estrecho.
Sea cual sea el resultado, la última década de España demuestra que —a pesar de mucha retórica en sentido contrario— es posible aumentar la productividad en Europa y frenar las tendencias demográficas negativas.

